La Terapia Gestalt se centra en aumentar la consciencia en el "aquí y ahora", sabiendo que "aquí y ahora" confluyen tanto el pasado (en los recuerdos, hábitos, rencores, en el amor, en la nostalgia, etc) como el futuro (a través de nuestros deseos, la curiosidad, las expectativas, las esperanzas, etc). En esta confluencia de pasado y futuro surge, en el presente, la intencionalidad de nuestro comportamiento, porque lo que hacemos, y también lo que no hacemos, está orientado a la consecución de algo.
Si aumentamos la toma de consciencia acerca de nosotros mismos, nuestros sentimientos, deseos, necesidades, y de las posibilidades percibidas en el entorno, de los peligros y las oportunidades, permitimos que se abra un abanico de posibilidades más creativas.
Entendemos que todas las emociones son positivas, también las que nos cuesta sentir o incluso nos hacen daño, porque nos informan del significado que tiene para nosotros aquello con lo que nos relacionamos. La rabia indica que algo se interpone en nuestro objetivo; el odio que algo o alguien nos hace daño; la tristeza que algo importante para nosotros hemos perdido; la envidia que deseamos algo que tiene otra persona. Esta información siempre es buena, lo que hacemos con ella es lo que lo convierte en algo sano o dañino para nosotros y las personas con las que nos relacionamos.
La Terapia se basa en: