En ocasiones veo en terapia a personas que se encuentran en relaciones dañinas, sean estas de pareja, familiares, laborales o de amistad. Son relaciones de maltrato, aunque no sean conscientes de ello.
EL conflicto es inherente a toda relación y gracias a él crecemos, en la relación y como personas. De la misma forma que no podemos vernos físicamente sin un espejo, en el plano psicológico el espejo son los demás., que nos devuelven lo peor y lo mejor de nosotros mismos. Pero una cosa es el conflicto inherente a toda relación debido a problemas de comunicación o a diferentes experiencias de vida, distintos sentidos que atribuimos a un comportamiento, un gesto, una expresión, una palabra o su ausencia, y otra muy distinta son las relaciones tóxicas, que no nos aportan nada, más bien todo lo contrario.
En esta entrada del blog quiero hablar de un tipo de relación tóxica y manipuladora en la que no hay más solución que poner tierra de por medio. Es la que concierne a la personalidad narcisista y no es tan infrecuente como pueda parecer.
¿Cómo es el tipo de relación que establece una personalidad narcisista?
- En primer lugar necesita una relación cercana -pareja, alumno, hermano, subordinado- y un vínculo fuerte que no sea fácil de romper.
- Una persona seductora, un excelente actor, que puede mostrar sentimientos amables y compasivos con objeto de capturar a la "víctima", aislarla de otras relaciones y manipularla. Sin embargo, lo que muestra no es auténtico, todo es una máscara. En realidad, carece de empatía y no le importan ni los sentimientos ni las necesidades de los demás.
- Al principio te alabará y llenará de elogios y, cuando caigas en sus redes, te despreciará con la misma intensidad. Fuera de esta relación su comportamiento es ejemplar, tranquilo, encantador y es una persona apreciada. Todo forma parte de su estrategia para aislarte, porque consigue que nadie te crea y él pase a ser la víctima ante los demás.
- Es frío, no siente empatía y nunca se siente culpable, pero te culpará a ti de todo. Hará un vacío al rededor de ti para sentir la seguridad de que te va a conservar, para no poner en peligro la relación.
- No soporta las críticas, pero no cesará de criticarte. No tiene principios éticos, pero los usará para juzgarte. Si criticas su comportamiento siempre lo justifica como respuesta a tu actitud previa, de manera que él nunca es responsable y la culpa siempre es tuya.
- Necesita infravalorarte y menospreciarte para crecerse porque, aunque parezca lo contrario, es una persona muy insegura y con baja autoestima. Busca fuera el valor que no tiene dentro, por eso valora tanto su imagen pública: vestimenta, coche y casa aparentes, pareja perfecta. A ésta, su pareja la necesita al lado porque la admira (si no nunca estaría con ella) y la necesita para darse valor ante los demás pero también le hace sentir de menos y, por eso, en soledad la desprecia mientras presume de ella ante sus amigos.
- Su lenguaje nunca es claro y directo y usa dobles sentidos de las palabras, así siempre puede negar lo que ha dicho y hacerte sentir "culpable" del malentendido. Raramente se vuelve violento, a no ser en una situación extrema.
¿Reconoces haber estado en una relación como esta? Lo habitual es pensar que te has "vuelto loco", que no está pasando lo que por otro lado ves que sí. La sensación es de perder el suelo y no tener donde agarrarte porque, por añadidura, nadie ve lo que tu ves.