?La vida sólo puede ser comprendida mirando para atrás, pero solo puede ser vivida mirando para delante. KIERKEGAARD
El hombre no se limita a existir, sino que decide cómo será su existencia, en qué se convertirá en el minuto siguiente. VICTOR FRANKL
A la Terapia Gestalt se la conoce como la terapia del presente, la terapia del "aquí y ahora". Esto no significa que no nos importe el pasado, ni que el futuro nos parezca una fantasía irreal, pero sí que nos centramos en aumentar la consciencia y el compromiso con lo que estamos experimentando. Es aquí y ahora cuando una persona recuerda, o cuando parte de su pasado se revela, y también cuando imagina su futuro. Todo presente contiene un germen de futuro; todo lo que hacemos, y lo que no hacemos, tiene una intencionalidad que nos orienta al futuro.
Ahora mismo, estoy escribiendo este artículo. Si busco por qué, me orientare al pasado y diré que lo escribo porque soy psicóloga, porque me interesa la naturaleza humana y lo que a las personas nos moviliza, y... unas cuantas causas más. También es cierto que estas razones no son suficientes, ni en cuanto al hecho de escribir, ni en cuanto al tema. ¿Escribiría este mismo artículo si supiera que me iba a morir dentro de cinco días? ¿lo escribiría si no tuviera un posible público al que va dirigido y al que espero interpelar?. No escribo el artículo "por algo" sino "para algo" para intentar conseguir algo.
En terapia es habitual que los clientes nos planteen su problema y nos pregunten ¿por qué hago esto?, ¿por qué me siento así? ¿por qué estoy así?. La psicología no es una ciencia exacta, no existen causas únicas, e incluso, ante la misma circunstancia dos personas pueden desarrollar conductas opuestas. Por ejemplo: un niño/a que ha pasado mucho tiempo solo/a puede convertirse en un adulto al que le aterra la soledad, o todo lo contrario, haber desarrollado maneras de entretenerse o divertirse en soledad. Influirá también la causa de esa soledad: si era una forma de defenderse de situaciones de violencia, una forma de "no ser visto", quizá asociará su soledad al sosiego; si fue vivido como sufrimiento puede ser que se pase su vida buscando saciar una necesidad de compañía que nunca se verá satisfecha, al menos mientras no sea consciente de para qué necesita una compañía perpetua o para qué escapa de la soledad.
Volviendo a la pregunta inicial, si realmente conociéramos la causa de lo que nos sucede la siguiente pregunta sería ¿y ahora qué? ¿que resuelve conocer la causa? Lo que sucedió ya sucedió, no lo podemos cambiar, y si la causa es suficiente para explicar el momento presente nos habríamos quedado sin solución porque el pasado no se puede cambiar. "Soy así porque..." nos limita, nos ancla en una etiqueta de la que no podemos salir.
Creo que lo realmente interesante es la pregunta ¿Para qué? puesto que no mantendríamos un comportamiento si no siguiera teniendo una utilidad en el presente, si no sirviera para conseguir algo o para evitar algo, aunque después de tanto tiempo hayamos olvidado qué. Y si sabemos qué intentamos conseguir o qué intentamos evitar, quizá podamos buscar mejores alternativas.
Toda acción (o inacción) responde a un impulso que tiene que ver con un deseo, una necesidad, un sentimiento, un pensamiento que nos moviliza y nos "empuja hacia". Esto quiere decir que cualquier acto observado, o su ausencia, (por ejemplo, alguien que se dirige a mi y NO me mira a los ojos) tiene una función de orientación que nos indica hacia donde una persona se dirige en su futuro inmediato, en el instante siguiente. Nos habla de su motivación.
En el próximo artículo (octubre 2018) pondré algunos ejemplos que suelen verse en sesiones de terapia.
