"La sanación es un proceso en el que algo excluido, rechazado o no percibido encuentra en un ser humano el lugar que le corresponde, y con ello la calma" BERT HELLINGER
Solemos decir "estoy estresada/o" cuando tenemos muchas cosas que hacer y creemos que no nos llega el tiempo. Esto no tiene por qué ser estrés en sí mismo. En ocasiones es un problema de establecer prioridades, de discriminar lo importante y lo urgente, de reparto de tareas, de falta de confianza en la ayuda que los demás pueden prestarnos.. El término estrés indica un desequilibrio entre la situación que tenemos que afrontar y la percepción personal de los recursos de que disponemos para resolverla.Esta percepción depende de las experiencias previas vividas y es subjetiva, porque puede ser que no valoremos de forma justa nuestras capacidades o que el miedo a fracasar nos paralice e impida que le hagamos frente.
Ejemplos de situaciones estresantes pueden ser aquellas que amenazan la seguridad física o emocional de una persona (la autoestima, la dignidad, las relaciones personales, la imagen ante los demás); la toma de decisiones difíciles: situaciones que ponen en juego valores éticos fundamentales para la persona.
Normalmente la situación es pasajera y todo vuelve "a la normalidad", pero cuando no es así y se dilata en el tiempo, por ejemplo en el caso de malos tratos continuados a una mujer, abuso sexual en una niña, presenciar situaciones de violencia, ser víctima de situaciones de acoso, etc.; o bien cuando es puntual y repentina pero de suficiente intensidad como para provocarnos horror y pánico (atentado terrorista, catástrofe natural, etc.) hablamos de una situación traumática y. dependiendo de la intensidad de las consecuencias, de estrés postraumático.
Cuando una persona vive una situación traumática, abrumada por las sensaciones y al no ser capaz de procesar lo que le ocurre, se disocia,, deja de sentir una parte de sí misma, la vivencia no se experimenta como algo integrado sino como elementos sueltos que adquieren vida propia, incluso muchos años después del acontecimiento. Las situaciones traumáticas más dañinas son las que ocurren en el marco de relaciones humanas, sobre todo las más significativas, porque afectan al núcleo de la confianza.
La persona con estrés postraumático revive el acontecimiento traumático constantemente a través de sueños que se repiten, recuerdos, imágenes tipo "flash" que se presentan de forma incontrolada; evita lugares, personas, sentimientos, etc. que le recuerdan la situación traumática; presenta una hipervigilancia ante todo estímulo que despierte la alarma de que la situación traumática podría volver a producirse; tiene reacciones extremas ante estímulos que aparentemente pueden parecer inocuos.
En terapia es fundamental que la persona se sienta en una relación segura, estable y confiable, en el que va a ser escuchada y va a poder hablar libremente sobre sus sentimientos así como obtener respuestas a sus preguntas y dudas. Pero mucho más importante que verbalizar el trauma, es empezar a tolerar, en un entorno de seguridad y sin que se sienta desbordada, las sensaciones, emociones, sentimientos y reacciones que se experimentan en el presente, distinguiendo lo que sucedió entonces y lo que es ahora. Es un trabajo sutil, delicado y lento, en el que es importante estar muy atento al cliente para captar el ritmo adecuado del proceso.
