Desde octubre de 2019 colaboro con la Federación de Asociaciones de Mujeres Víctimas de Violencia Sexual (FAMUVI). La abogada Victoria Diéguez y yo prestamos atención jurídica y psicológica respectivamente, de forma gratuita, a mujeres víctimas de este tipo de agresiones.
La presentación de este servicio se realizó en Ourense, en el Centro Cultural Marcos Valcarcel en la calle Progreso en Noviembre de 2019.
Las víctimas de agresiones sexuales tendrán atención jurídica y psicológica gratuita en Ourense.
Una agresión sexual no siempre está ligada a la satisfacción del deseo sexual, a veces sí hay una motivación sexual, pero en otras ocasiones su finalidad es ejercer poder, dominación, provocar miedo o satisfacer una fantasía, por poner algún ejemplo. El sexo es un medio, no un fin.
Los hombres también sufren agresiones sexuales, pero la mayor parte de las víctimas son mujeres. Las estadísticas dicen que entre un 60 - 80% de este tipo de agresiones no salen a la luz por diversas razones: porque la víctima no es consciente del delito (cuando ocurre dentro de una relación estable), por miedo a no ser creída, porque prefiere olvidar y hacer "borrón y cuenta nueva", por desconfiar del sistema judicial, por temor a represalias por parte del agresor, etc.
Sin pretender agotar toda la casuística voy a enumerar los tipos de agresores más habituales:
En la mayor parte de las agresiones sexuales el agresor es conocido por la víctima, puede ser un amigo o alguien recién conocido con el que se empieza a intimar hasta acceder al domicilio de uno de ellos, que es cuando se produce la agresión, normalmente con uso de fuerza, violencia y amenazas para intentar evitar una denuncia. El hombre se siente rechazado, despreciado, herido en su orgullo y decide actuar por la fuerza. Con frecuencia hay sentimiento de culpa por parte de la víctima al sentir que ha sido demasiado confiada e ingenua y no haberse percatado de algunos indicios. Las denuncias a agresores conocidos son menos frecuentes, y esa sensación de impunidad favorece que lo intenten en futuras ocasiones con otras víctimas.
Cuando el agresor es una persona de familia o cercano a la familia, los actos suelen ser recurrentes y comenzar cuando la víctima es joven. Al ser el agresor un familiar cercano existen muchas ocasiones propicias, tanto de día como de noche, para cometer la agresión. Entre víctima y agresor se establece un pacto de silencio, que se mantiene a través de violencia psicológica, abuso de autoridad, coacciones, etc. Es difícil que la víctima denuncie, suelen hacerlo profesores y otros miembros de la familia, pero si lo hace y el familiar es cercano (hermanos, abuelos, padres, etc.) su credibilidad es cuestionada, recibiendo amenazas o castigos por mentir o fabular con alguna intención. A veces cuesta aceptar en la propia familia un revulsivo de estas características, y se opta por no denunciar y culpar al menor para evitar la vergüenza pública, siguiendo la máxima de "los trapos sucios se lavan en casa". Muchos casos de abusos sexuales a menores no se denuncian hasta que la víctima es adulta y después de pasar por una terapia psicológica que trate sus secuelas emocionales. Necesitan la fortaleza suficiente para afrontar la violencia social e institucional añadida que supone verse cuestionadas en su testimonio y veracidad de los hechos.
Otras situaciones propicias tienen que ver con relaciones subordinadas víctima - agresor en entornos laborales, sanitarios o educativos, por poner algún ejemplo. Comienza con indirectas, tocamientos casuales, chistes, comentarios, miradas.
La menor proporción de casos sucede con agresores desconocidos que asaltan a la víctima en alguna situación que consideran propicia, pero que no está previamente calculada. Suele ir asociada a altas dosis de violencia con el fin de atemorizar a la víctima. Este tipo de agresores no busca la satisfacción sexual, el sexo es el medio del que se sirve para causar temor, humillar y conseguir el poder que no posee en su vida real.
En la entrada del blog de diciembre de 2019 hablaré sobre la vulnerabilidad de las víctimas y el daño psicológico asociado al trauma: Vulnerabilidad de las víctimas y daño psicológico.